UN MERO ESPANTA A SALAHONDA

21.03.2000 19:00

La última faena de Luis Alfonso Núñez fue hace una semana. El lunes salió a las 5 de la mañana de su rancho a buscar un chinchorro con otros pescadores de la isla de Salahonda, en cercanías de Tumaco, en la costa nariñense. Luego de caminar cerca de un kilómetro, la distancia que separa a su casa de tablas de la playa, el pescador se lanzó al agua y no volvió a salir. Sus compañeros lo buscaron durante tres días pero no lo encontraron. Su cuerpo se perdió en un misterioso oleaje.

La historia se repitió. Pablo Hurtado Góngora llegó el miércoles al mismo sitio donde había desaparecido su amigo, se subió a la pequeña canoa en la que todas las mañanas acostumbrada a salir a pescar cuando de pronto y ante la mirada atónita de sus acompañantes esta se partió y se hundió.

Parte del cuerpo de Pablo fue encontrado mutilado dos días después. Desde entonces, la vida de este caserío no volvió a ser normal.

Sus habitantes creen que un mero (un pez grande, que puede medir un metro) los está acechando y por eso no quieren salir a la playa ni volver a pescar. Todos tienen miedo.

En la pequeña isla, donde habitan unos tres mil pobladores, que viven de la pesca, no se habla de otra cosa. Creen que algo malo está por suceder. Todos están seguros que a Núñez y a Hurtado se los tragó el mero. Y dicen que ya se cebó y está frente a la playa esperando su próximo negro.

Las mujeres no quieren que sus hombres salgan solos a pescar, por eso los acompañan, con palos y machetes, para ver si pueden ayudar a matar ese animal .

El pasado domingo, se fueron hasta la iglesia a pedirle al párroco Yaco Díaz que les dejara sacar la imagen del Señor del Mar para acabar con el hambre del gigante pez.

Queremos llevar el santo a la playa para que esto se acabe y nos deje tranquilos a todos , dice Zeneida Góngora, una pobladora.

Si con eso piensan que van a estar más tranquilos, yo saco la imagen hasta la playa, no hay problema , asegura el sacerdote.

Díaz también está preocupado por lo sucedido con los pescadores y también tiene miedo de ir a la playa. Es algo raro, yo no sé mucho de meros, pero uno tiene que respetar la cultura y las creencias de la gente , comenta.

En el pueblo le tienen fe al Señor del Mar. La creencia se remonta a muchos años atrás, cuando en Salahonda no había qué comer y hasta el pescado había desaparecido. Un día, antes de la Semana Santa, un poblador lanzó un chinchorro y sintió que algo había enredado en la red, pensaron que se trataba de peces pero era la imagen de un santo, que bautizaron como el Señor del Mar . Después de este hecho la pesca volvió y todos creyeron que era un milagro.

Desde entonces, el caserío gira entorno al Señor del Mar , pues después de encontrarlo siguió, según ellos, haciendo milagros. Recuerdan que en la madrugada del 12 de diciembre de 1979, cuando un maremoto sacudió a Nariño, sacaron la imagen de la iglesia y una gigantesca ola que amenazaba con sepultar a Salahonda se deshizo ante su figura.

Ahora, los pescadores están seguros de que el Señor del Mar les ayudará a que el mero se aleje de sus playas y los deje vivir en paz.

El regreso de Mama Joba ? Los habitantes de Salahonda creen que lo sucedido con los pescadores Luis Alfonso Muñoz y Pablo Hurtado Góngora es una maldición de Mama Joba , un personaje típico de la isla.

Joba Mosquera de Colorado era su verdadero nombre. Nació en la Isla del Gallo el 2 de marzo de 1884. Su vida y sus historias fueron todo un cuento en estas playas. Quien llegaba a la isla se tenía que someter a sus latigazos. El que no los aceptaba no era bienvenido y difícilmente encontraba lugar para descansar, dormir o comer.

La sazón para las comidas de Mama Joba era exquisita y quien era invitado a su mesa irremediablemente permanecía horas sentado escuchándole atentamente todos los relatos de cuanto sucedía en la isla, que conocía como la palma de sus manos.

De su larga existencia se sabe que la única vez que salió de la isla fue para ir a Tumaco, donde murió el 21 de febrero de 1989, cuando le faltaban 8 días para cumplir los 105 años.

Los pobladores de Salahonda aseguran que la isla no volvió a ser la misma después de la muerte de Mama Joba y creen que lo que les está sucediendo es el regreso del mítico personaje.

FOTOS: 1. LOS PESCADORES DE SALAHONDA dicen que el mero se cebó y está frente a la playa esperando a su próxima víctima.

2. LAS ESPOSAS de los pescadores fueron a la iglesia a buscar a El Señor del Mar para espantar al pez.

 

Publicación: eltiempo.com

 Sección:  Otros

Fecha de publicación:  21 de marzo de 2000

Autor: EDISON PARRA GARZON Corresponsal de EL TIEMPO

 

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